Estimados:
He publicado otro artículo sobre la Segunda Guerra Mundial en el blog literario CRUCE DE CAMINOS, página que os vuelvo a recomendar por su gran cantidad de información sobre libros y concursos relacionados con la literatura.
Os paso el link donde está publicado el artículo, que es el siguiente:
Y para los que prefieran leer el artículo desde aquí, lo pego a continuación:
EL ENIGMA DEL ESPÍA INVISIBLE: Operación Baldur o el ataque a Scapa Flow
Imagen de David
Mark en Pixabay
Un artículo histórico de José Enrique Vázquez para Cruce de Caminos. También lo podéis leer en su blog El asesino anda suelto y en su Facebook.
Octubre de 1939.
El
submarino alemán U-47 zarpa del puerto de Kiel al mando del capitán Gunther
Prien, de treinta y un años. Su misión, penetrar en la bahía de Scapa Flow, un
fondeadero situado en las islas Orcadas, cerca de las costas de Escocia conocido
por haber sido el emplazamiento de la principal base naval del Reino Unido
durante las dos guerras mundiales. Desde allí, la flota británica controlaba
tanto el acceso al Mar del Norte como las rutas marítimas que surcaban el océano
Atlántico.
La bahía
estaba muy protegida contra la incursión de submarinos, ya que había numerosos
buques hundidos expresamente para que la profundidad fuera tan escasa que
impidiera el paso de sumergibles enemigos. El fondo marino no dejaba demasiado
lugar para esconderse, la media apenas rondaba los treinta metros desde la
superficie. Además, los ingleses habían instalado multitud de minas y redes para
evitar que cualquier buque enemigo accediera a la bahía sin conocer el
emplazamiento de las defensas. Las fuertes corrientes y cambiantes mareas hacían
el resto, de modo que Scapa Flow, al menos en los inicios de la Segunda Guerra
Mundial, estaba considerada como uno de los fondeaderos más celosamente
guardados y seguros del mundo.
El U-47
llegó en la mañana del día 12 de Octubre de 1939 frente a las islas Orcadas, y
cuando estaban en inmersión, el capitán revela a sus hombres el verdadero
objetivo de la misión: entrar en la bahía y atacar a todos los barcos ingleses
que se encuentren allí.
Prien pasa
la noche en el fondo, a 90 metros de profundidad. A las 19:00 horas del 13 de
octubre el submarino emerge, pero en lugar de cielo sin luna, encuentra un
fenómeno que no habían previsto: una aurora boreal, lo cual hace aún más
peligrosa la misión, ya que los reflejos de la aurora hacen más visible al
submarino. No obstante, Prien decide entrar, y a las 23:25 horas, maniobrando
con mucha habilidad para evitar las rocas de la cercana costa, penetra en la
bahía. Es medianoche, y la aurora permite buena visibilidad, pero hasta donde
pueden distinguir, no hay barcos ingleses fondeados. Por fin, tras un largo rato
de búsqueda, Prien divisa dos grandes buques y varios destructores anclados: es
el momento de actuar.
EL
ATAQUE
El U-47
dispara cuatro torpedos contra un acorazado que resultaría ser el «Royal Oak».
Sorprendentemente, teniendo en cuenta que el blanco estaba inmóvil, tres fallan
y sólo uno de ellos impacta sobre el buque produciéndose una explosión de poca
entidad. El capitán teme ser detectado, pero el barco alcanzado continúa
silencioso, no hay humo, y no se hunde.
Prien
dispara una segunda vez el único torpedo de popa, pero falla igualmente. Pese a
la tensión del momento y a la posibilidad de ser atacados, el capitán ordena se
recarguen los torpedos de proa y dispara tres, esta vez a menor distancia. En
esta ocasión, todos aciertan, y tras varias violentas explosiones, el «Royal
Oak», a los diez minutos, escora a estribor y se hunde, llevándose consigo las
vidas de 833 de sus tripulantes.
El
submarino consigue escapar del fondeadero, y una vez en alta mar, el día 14 de
octubre, envía un mensaje por radio a Karl Dönitz, comandante de la flota de
submarinos, comunicándole que habían hundido un acorazado inglés de nombre
desconocido. Horas después, los ingleses confirman en la BBC que se trataba del
«Royal Oak».
El U-47
arribó al puerto de Wilhelmshaven el 17 de octubre de 1939, y el capitán y toda
la tripulación fueron recibidos como héroes, siendo condecorados por el éxito de
la misión.
COMIENZA LA LEYENDA
La
consecuencia directa de la acción del U-47 fue fundamentalmente demostrar a los
ingleses que su base naval más protegida no era invulnerable, y que los
submarinos alemanes podían realizar con éxito cualquier acción naval contra el
enemigo. Realmente, era una misión más de prestigio que por el resultado final,
extremo en el cual coinciden todos los historiadores y cronistas de la época.
Sin embargo, el relato de hechos deja numerosas incógnitas sin resolver, que son
las siguientes.
LA
PREPARACIÓN DE LA OPERACIÓN
Según las
fuentes existentes, la «Operación Baldur» fue ideada por el comandante jefe de
la flota de submarinos, Karl Dönitz. Los preparativos consistieron en envío de
aviones de reconocimiento para fotografiar toda la zona, y una misión
preparatoria realizada por el submarino alemán U-14. Posteriormente, Dönitz,
convencido de que la base inglesa no era inexpugnable, prepara un plan para
entrar en la bahía por la zona que posiblemente tenía más posibilidades de
permitir el acceso a un submarino. Luego, elige al hombre indicado, convoca a
Prien, y este acepta la misión. La «Operación Baldur» da comienzo, y es
rubricada y firmada por el Gran Almirante Raeder.
Sin
embargo, teniendo en cuenta las dificultades que entrañaba una misión así, la
gran cantidad de información de la que carecían los alemanes, y el hecho de que
las corrientes en la zona llegaban a ser de hasta 10 nudos de velocidad, cuando
el submarino U-47, del tipo VII-B podía desarrollar como máximo 8 nudos
sumergido, hacen pensar que faltan muchos detalles no conocidos.
Así pues,
la pregunta surge sin esfuerzo: ¿contaron los alemanes con ayuda a la hora de
preparar la operación?
EL
ESPÍA QUE VINO DE SUIZA
Curt Riess
era periodista del Saturday Evening Post en esa época, y poco tiempo después del
hundimiento del «Royal Oak» escribió un artículo titulado «La verdad sobre Scapa
Flow», que dejó al mundo bastante perplejo.
Riess había nacido en
Alemania y tenía ascendencia judía. Se había exiliado a Estados Unidos para huir
del ambiente hostil a su raza. Fiel luchador contra el nacionalsocialismo de
Hitler, había escrito numerosos artículos en contra de las ideas
nazis.
En su
artículo, Riess ofreció una versión sobre los hechos que dieron lugar a la
incursión en la bahía de Scapa Flow ampliada y con detalles
insólitos.
LA
HISTORIA DEL RELOJERO
Riess
contaba que la incursión de Scapa Flow realizada en octubre de 1939 fue planeada
no por Dönitz, sino por Wilhelm Canaris, jefe del servicio secreto alemán,
muchos años atrás
Según su
escrito, para vengarse de lo sucedido con Inglaterra en la Primera Guerra
Mundial, en el año 1927, Canaris ideó un plan para entrar en Scapa Flow, válido
para entrar en la temida rada donde antes, en la Guerra Primera, habían
fracasado todos los intentos. Así, para la misión de espionaje, elije a un tal
Alfred Wehring, supuesto ex oficial de marina alemán que sirvió en la Primera
Guerra. El aludido acepta la misión, y tras varios cambios de nombre y de país,
aparece finalmente y años después como Albert Oertel, ciudadano nacionalizado
inglés venido de Suiza. Se establece como relojero en una isla de las Orcadas y
visita diariamente una taberna frecuentaba por pescadores, los cuales le
informan sobre los obstáculos, minas, corrientes y mareas que acechan la zona.
Los datos supuestamente viajan desde Escocia hasta La Haya, en Holanda, donde
luego son enviados a Berlín.
Oertel da
frecuentes paseos por la zona, y recoge todos los datos que pueden resultar de
interés para la incursión que se planea. Finalmente, tras muchos años de espera,
el 12 de septiembre de 1939, el relojero emite un mensaje en clave con el
siguiente texto: «Ha llegado el paquete. Espero una nueva partida dentro de este
mes. Espero confirmación».
Según
Riess, el mensaje confirmaba que el espía había descubierto una forma de
traspasar las defensas de Scapa Flow, para que pudiera acceder un submarino.
Dos días
después, el tal Oertel desaparece de la escena, y nunca más se sabe
absolutamente nada más de él.
LA
FARSA, Y LOS INTERROGANTES
La
historia del espía relojero fue confirmada por los propios alemanes. Sin
embargo, investigadores y periodistas interesados en el caso, no encontraron
registro alguno en documentación de la Primera Guerra Mundial que hiciera
referencia al tal Oertel, ni tampoco al oficial Wehring. De igual modo, no se
han encontrado datos sobre el relojero en los documentos de la Segunda Guerra
Mundial. Al parecer, varios periodistas acudieron al propio lugar de los hechos,
la localidad de Kirkwall, en las islas Orcadas, y allí nadie corroboró la
historia del relojero espía. Era una aldea pequeña, y sin duda hubieran sabido
de la existencia del personaje.
El éxito
militar que para los alemanes supuso la entrada en Scapa Flow como castigo moral
para los ingleses, de algún modo hizo que los servicios de propaganda nazi no
descartaran la existencia del espía. Sin embargo, la tesis que hoy se maneja es
que toda la leyenda no fue más que una fantasía de su inventor, el periodista
Curt Riess. Es más, tan extendida está la creencia de que el espía existió, que
a día de la fecha, hay una entrada en la web Wikipedia con el título «Ataque a
Scapa Flow» que recoge la historia del relojero, aun siendo
falsa.
Todo lo
anterior, nos deja aún con una serie de interrogantes que aún no han sido
aclarados, y son estos:
1.- Según
fuentes consultadas, expertos en navegación y con años de experiencia en el mar
sentencian que resulta altamente improbable que solo con la ayuda de fotos
aéreas y con el reconocimiento de un submarino previo, la operación tuviera
éxito. Así, estas fuentes barajan la posibilidad de que hubiera más información
disponible sobre el objetivo.
2.- De ser
cierto que Dönitz o Canaris necesitaban más información para que la «Operación
Baldur» tuviera éxito, ¿quién se la proporcionó?¿Algún espía distinto del tal
Oertel del que aún no sabemos nada?
Lo cierto
es que la entrada en Scapa Flow por parte de un submarino alemán con las
limitaciones del U-47, teniendo en contra minas, redes, corrientes, obstáculos y
mareas no deja de ser un acto de guerra increíble por lo difícil de su
ejecución, dejando en el aire más de una duda que aún hoy sigue rondando las
mentes de muchos estudiosos del tema.
¿Existió
pues, un espía invisible en Scapa Flow del que no sabemos
nada?
EPÍLOGO
Günther
Prien, el capitán del submarino U-47 que realizó la hazaña de penetrar en Scapa
Flow no pudo disfrutar mucho tiempo de su fama como as de la armada alemana. El
7 de marzo de 1941 radió su último mensaje, y días después se le dio por
desaparecido. La versión aceptada históricamente considera que el submarino fue
hundido con toda su tripulación tras el ataque con cargas de profundidad
realizada por el destructor británico HMS Wolverine, en el Atlántico
norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario